La energía es el único rédito universal intrínseco en todas las manifestaciones de la materia en nuestro universo; y nuestra capacidad de almacenar y/o extraer recursos para luego convertirlos en energía útil ha sido el principal impulsor de la evolución de las sociedades humanas y el desarrollo económico.
La demanda por energía eléctrica ha tenido un crecimiento sostenido desde su creación, y espera crecer más del 28% entre 2015 y 2040 según la Agencia Internacional de Energía. Sin embargo, este crecimiento no ha seguido un plan de crecimiento estratégico sostenible y es ahora una amenaza para la continuidad del desarrollo de nuestra civilización.
En búsqueda de un desarrollo más sostenible e inteligente, la “descentralización del sistema eléctrico” gana protagonismo como mecanismo para alcanzar este objetivo. Esta transición va a requerir la integración de sistemas más ágiles e ingeniosos que permitan una reacción, interacción y comunicación transparente y precisa ante cambios en el sistema.
Por otra parte, el rol de las políticas públicas singulares para cada uno de los países y los entes de gobernanza mundial serán clave para la regulación y seguimiento de estos procesos de cambio.
Modernizar el sistema eléctrico, ¿pero por qué?
El diseño fundamental de nuestra red eléctrica actual data del siglo diecinueve cuando Thomas Edison diseñó — Pearl Street Station — la primera red en corriente directa de la historia. Desde ese momento en adelante, las características funcionales del sistema eléctrico no han sufrido grandes cambios y han mantenido a través del tiempo topologías geográficamente centralizadas.
Un nuevo paradigma, donde el medio ambiente es el recurso más importante a ser preservado y el consumidor es un socio activo del sistema eléctrico; son conceptos fundamentales que deben ser considerados para construir un nuevo marco operacional del sistema eléctrico.
Además de un cambio filosófico de operación, el nuevo sistema eléctrico debe ser más dinámico, inclusivo y capaz de auto repararse para poder enfrentar y superar los objetivos medio ambientales trazados por la ONU y tener la capacidad de recuperarse de los daños provocados por desastres naturales cada vez más poderosos y frecuentes.
Este nivel de inteligencia requerirá (i) la integración ubicua de sensores y actuadores en la mayoría de los nodos de interacción (IoT), (ii) un protocolo de comunicación robusto que permita la transferencia rápida y segura de datos (Blockchain); y (iii) nodos de procesamiento rápido de datos con capacidad de tomar decisiones de forma autónoma (IA).
“El Prosumidor” — La Estrella de la Generación y el Consumo
El cambio operacional mas fundamental — del llamado nuevo sistema eléctrico — iniciará con la asignación de nuevos roles al consumidor. Este último, además de consumir; tendrá facultades de generación, almacenaje y realizará cambios de comportamiento en su consumo en beneficio del sistema eléctrico.
Todo está cambiando: la forma en como distribuimos, utilizamos y vendemos la energía. — Frank Lambert
Estos nuevas facultades y responsabilidades darán cabida al nuevo “prosumidor”, que no es más que el usuario tradicional que pasa de ser un simple consumidor a un elemento activo del sistema que auto-genera energía desde su techo solar, almacena energía en su vehículo eléctrico y además flexibiliza su patrón de consumo para verse favorecido económicamente por el administrador eléctrico.
Muchos riesgos y retos surgen con el rediseño del sistema eléctrico como lo conocemos; desde la susceptibilidad a ataques cibernéticos extranjeros hasta el cambio de comportamiento por los usuarios del sistema eléctrico. Sin embargo — con una ejecución responsable — estos cambios fundamentales proponen un futuro con menos tuberías y más cables mejorando así las condiciones del ambiente y sus habitantes.